Juan Bautista Isla, genovés al servicio del también italiano Juan Jorge Pajero, no pudo vencer la tentación de sustraer algunos bienes valiosos de su señor mientras ambos residían transitoriamente en Torremilano.
Según confesión propia, la noche del 27 de noviembre de 1598, “oculta y secretamente saqué de un arcón de hierro donde el dicho Juan Jorge tenía dineros y de un escritorio donde había ciertas piezas de oro y cuatro mil y quinientos y diez y siete reales y unas sortijas con diamantes y cadenas de oro y otras joyas, descerrajando para ello el dicho escritorio de donde saqué la llave para abrir la dicha arca, con todo lo cual me fui y ausenté, y visto el dicho escalamiento por el dicho Juan Jorge Pajero, de su orden la justicia ordinaria de esta dicha villa despachó contra mí requisitorias (…) fui preso y traído a esta villa y se hallaron en mi poder los dichos cuatro mil y quinientos y diez y siete reales y las demás joyas que habían faltado, que se le volvieron a restituir al dicho Juan Jorge”. Negar la evidencia era como querer tapar dos cabezas con una gorra.
Tiempo después Juan Bautista proseguía en la cárcel a la espera de sentencia para el delito cometido y por la obligación de pagar a Juan Jorge los 250 reales que llevaba gastados en diligencias judiciales.
José Luis González Peralbo
Extracto de su libro “La mala vida en Los Pedroches”
Fuente: CH122.1 Protocolos notariales del escribano Juan Domínguez, años 1597 y 1598. Fotos nº 256 y 257 (los folios no están numerados, están al final, el cuadernillo CH122.1 tiene 299 fotos en total)